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Arquitectos: IDOM
- Área: 12175 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Pedro Pegenaute
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Proveedores: Hunter Douglas, Schréder, Tarkett, Arcelor Mittal, Ecophon, Mondo, Record, Reynaers
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto es el resultado de un concurso de ideas para la transformación de un antiguo edificio de la industria militar de principios del s. XX en un gran polideportivo de referencia para la ciudad, la región y el país.
El edificio, orientado norte-sur, tiene unas dimensiones de 125 m de largo por 85 m de ancho, organizados en una nave central de 20 m de alto y dos laterales de 13 m de alto. Dotadas de una geometría clara y repetitiva con cubierta en diente de sierra, las naves emulan la nobleza de una catedral, a pesar de contar con una imagen exterior paupérrima, resultado del paso del tiempo, fruto del abandono y de la ausencia de un revestimiento de fachada. Esta nobleza se confirma en el interior gracias a la expresividad de la estructura policromada que, aunque ajada por el paso del tiempo, define el carácter del espacio gracias a la espectacular luz cenital que atraviesa la cubierta acristalada en el cincuenta por ciento de su superficie.
Nuestra propuesta tiene como objetivo mantener el valor de la preexistencia, preservando hasta el final la percepción de su carácter original, incluso cuando se introduce un mundo nuevo ligero y lleno de color, características vinculadas con el carácter lúdico que debe expresar el edificio. Por una parte, actuamos sobre el pavimento, hasta ahora gris, llenándolo de colores con los que definir las nuevas zonas de práctica deportiva: atletismo, baloncesto, balonmano, bádminton y escalada.
Por otra, las exigencias del nuevo programa deportivo (vestíbulo, vestuarios, salas de las federaciones, oficinas) se resuelven con una pieza de intenso color amarillo que conforma a su vez dos grandes muros de escalada protagonistas del espacio central de la actuación. Se percibe ingrávida, flotando en el espacio catedralicio industrial gracias a que se empotra en los grandes pilares de la nave y se cuelga de los puentes grúa preexistentes dándoles así una nueva vida. Esta pieza se convierte también en grada superior para los espectadores y en el elemento que define los límites entre las distintas zonas deportivas.
Finalmente, nuestra actuación dota al edificio de una nueva fachada compuesta por un basamento de ladrillo, en armonía con la arquitectura del barrio, y un revestimiento blanco que se extiende hasta el límite de la cubierta. Esta última se ha resuelto con chapa mini onda blanca, de uso habitual en el mundo industrial, en la que se insertan unos nuevos huecos estratégicos con los que expresar la vocación pública del nuevo edificio y abrirlo a una relación más permeable con su entorno.